domingo, 27 de diciembre de 2009

LAS TIERRAS QUE CONQUISTARE

La hermosura que te nombra en esta tarde
es vislumbre de las tierras que conquistaré.
Un amor universal y sin condiciones,
que por amor te sabe
y por virtud se expande más y más
en el espacio.

Tus ojos transparentes
donde el ánima se asoma;
el gusto de tu mentira
si los gajos me abres;
la mansedumbre del ocaso
hasta la noche agazapada,
son apenas la antesala
de las tierras que conquistaré.

Todo esto que hoy me desvela
en purísimo fervor y en mil tropiezos
fue ver y seguir tu estela
hacia las tierras de una despreocupación
y de la brisa suave.
Si el universo da señales
de que todo lo unido tiende a desgarrarse,
aprovechemos nuestro tiempo juntos
hasta habitar las tierras que conquistaré.-

EL ARTE DE LOS GRISES

De aprender a amar y amar
fui palpando el arte de los grises.
Con el mirar de los ojos relativos
lo que ayer fue agravio
ahora lo bebo como edulcorado.
La bilis de la agenda como guía
y el día en su circuito medular,
de querer palpar, palpar la tregua
el sur menopáusico,
el negro y blanco entrecruzado.

A la hora de las maitines tu plegaria
de saber cambiar, cambiar
a un devoto y a los faros de costa.
Con el sutil roce de tu no hacer nada
viraste imperceptible este rumbo,
adulteraste la hoja de ruta,
usurpaste el astrolabio.

Las colas urbanas son un cultivo de quejas,
frenadas e insulto
por montar, montar el pulso ciudadano.
Sensible de mirar paupérrimos pesares
sabré fundir y ahondar
el blanco y la negrura,
extremos que se buscan
en una curvatura de luces circulares:
la artesanía del gris.-

CLUB MITRE SIN MARIA PAULA

En cualquier atardecer cabían tus ojos
de la sugestión cómplice y cauta
hacia donde por tu escote
los míos deambulaban.

Vos transitabas el imaginario
de todos los muchachos, y ahora de rutina
acaso lleves así el sentimiento acorralado.
¿Dónde quedará de tu coraje un poco más?
Yo me hago piel del día que se adentra
pero también te daba el plasma
de aquella libertad.

Había las toneladas de la hora de la siesta
un tiempo rancio entre ventiladores de techo
bufete y las cartas tajeando el enero tan nuestro.

Tuvieran tus manos acá
el beso de carnaval atrás del sauce
y un irte los pasos pesados sin querer
cuando marzo despuntaba.

Tendremos aquella sensación de esperarme
con las uñas pintadas
aquella sensación con la risa rota
aquella sensación.-

TU GRACIA

Tristeza de tarde desquebrajada,
tan fácil se opaca la fe…tus ojos.
Habremos dilatado los despojos
del último estertor de tu mirada.

Las luces cuales mar en la ensenada
supieron ocuparme con arrojo,
mas nunca supe yo ser como el rojo
del cielo, que se pierde en la alborada.

Te cito en un sinnúmero de ideas,
te aprecio tan pronto como te olvido.
Antes de condenarme a las galeras
tendrán que ver tu impulso fenecido.
Así me entregaré hoy a las mareas
que abriste cuando estaba yo perdido.-

VERANO PAMPEANO

Ventiladores lentos, sedientos
de aire nuevo
traicionados por la mísera
insinuación de aquella brisa.

Cortaba con navaja
yo el filo y la espesura
de aquel enero quieto
en decurso campesino.

El humo del fósforo sucumbe
permite un mate
ocasional remedio de las pampas
de cortar calor con calor.

Tu tarde cómplice o sublime
corrió el bretel
hirió mi desconfianza.
Tu ocaso, alfombra en la llanura
que tajeó el asfalto, el reloj
y la administración.

Allá donde se injerta
la línea quebradiza
del gris entre los verdes.

La ducha transpirando
toallones en el éter.

El poniente
el arrebol de la última nube.

Su piel como implacable
memoria del futuro
y tu ocaso
tu más sublime ocaso.-

LAS LILAS

No te tomes a la ligera
el hermoso y ríspido
drama de la existencia.
No serías más que poco
si no fuera por tu buena suerte.
Los imprudentes preguntan:
-¿de qué murió?-
Los bienaventurados
honran el silencio.

A pesar de tantos desaciertos
jamás te imaginé
crecida en años.
¿Cómo pensarte cargada de tiempo,
tiempo que todo decrepita
y con frecuencia envilece?
Mas del sabio aprendí
que la edad
virtuosea al humilde
y al necio decadenta.
¿Por qué habrás de preocuparte?

La muerte no es amor
y aún por amor muchos murieron.
Venero el instinto
temerario y sublime
que en tus huellas
puso mis pies
y en las lilas del baldío mi mirada.-

sábado, 24 de octubre de 2009

MEMORIA DE LA PROSTITUTA MARIEN O.

Probablemente fue amor.
La vio llegar por la mirilla
expulsada del estómago urbano,
acechada ante las babas del diablo
que otra vez ganaría la partida.
En la mesa ratonera los cigarros
y un dulzor de música
que se acomodaba al cuerpo
lento, espectral.
Apostolado el de mis ojos
frente al abismo
de esas prominencias.
Pidió por adelantado
el combustible de la ambición
y con prestidigitación noctámbula
desapareció entre sus dedos.

La llama acercándose al fuego
con un latir que perforaba el tórax.
Esa vez no hendió demasiado
la química ni pisoteó burdamente
el encanto, tanto encanto...
La muerte de lo anterior
escuchando cobarde tras la puerta.
La muerte de lo actual
de perfume barato y madrugada
tentaba con prejuicios,
Oporto y segundero.

Cayeron lágrimas
cual cristal de taco aguja.
Si ella era el deseo de mil vulvas
yo fui aquel volcán del ansia indómita.
La escarcha derritiéndose
apasible
entre chillidos de murciélagos
y sombras finales.
Labios enlicorados
y un abrazar desnudos el despido
el teléfono falso
la oportunidad
por única tan temida.

Ya bajo el susurro
del alba prisionera
el dinero junto al florero
y reminiscencias de una Judas
que no aprendió de la hiel.-