domingo, 27 de diciembre de 2009

TU GRACIA

Tristeza de tarde desquebrajada,
tan fácil se opaca la fe…tus ojos.
Habremos dilatado los despojos
del último estertor de tu mirada.

Las luces cuales mar en la ensenada
supieron ocuparme con arrojo,
mas nunca supe yo ser como el rojo
del cielo, que se pierde en la alborada.

Te cito en un sinnúmero de ideas,
te aprecio tan pronto como te olvido.
Antes de condenarme a las galeras
tendrán que ver tu impulso fenecido.
Así me entregaré hoy a las mareas
que abriste cuando estaba yo perdido.-

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